
tu mirada sutil a mi mirada,
la tornaste de gris en azulada
y absorta y sorprendida la dejaste.
De pronto sucedió, aquella nada
prisionera de abulia y de desgaste,
se llenó cuando apenas me miraste
con ojos de mujer enamorada.
De pronto sucedió, una princesa
bajó del pedestal, miró a su presa
como nunca en la vida me miró;
no lo comprendo, pero sucedió,
la vida dio la mano a la sorpresa
y tú quisiste a un tipo como yo.