Un poema esconde algún secreto,
un secreto se esconde en la poesía,
quizás una sencilla nadería
o un algo de muchísimo respeto.
Y siempre lo ha de haber: yo no podría
escribirte ni un módico cuarteto
sin un motivo nítido y concreto
que plasme en el papel la sintonía.
Así que está en tu mano y me remito
a esperar tu mirada como un rito
que me haga navegar, ávido inquieto;
entonces será fácil ese reto
de ponerme a escribir como un bendito
un soneto después de este soneto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario