martes

CON UNA PALABRA


Si yo descubriera
detrás de la sombra, la luz de tu rostro,
si yo presintiera
detrás de la nube, el sol de tus ojos,
te suplicaría
que acojas urgente su alma partida,
su voz temblorosa,
su fiebre dormida.

Si yo dispusiera
de un solo detalle que intuya tu mano,
de la primavera
que anuncia que llega ya pronto el verano,
te suplicaría
que vayas deprisa, que abras sus ojos,
que encuentre en tu risa
sus claveles rojos.

Si yo me creyera
que estás tras la nube que apaga la tarde,
en la torrentera
que alivia del fuego conque quema el aire,
te suplicaría
que venzas su miedo con una palabra,
con una sonrisa,
con una mirada.

Y así, los que estamos
en este momento penando su ausencia,
los que nos negamos
a pensar que nada espera a la vuelta,
te suplicarían
que ejerzas de padre tomando sus manos,
apretando en ellas
a los que lloramos.

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