martes
MIL VECES
Mil veces he dejado de soñar,
soñar despierto,
y mil veces he vuelto a transitar
por el desierto
de lo imposible;
no se puede la mente resignar
a no ser libre.
Mil veces he dejado de llamar
al sentimiento,
y otras tantas me he vuelto a enamorar
de un rubio pelo,
de una mirada
que expresa lo que no puede explicar
una palabra.
Mil veces he dejado de volver
y mil he vuelto
a ser iconoclasta del ayer,
rebelde incierto
que en un poema
trataba la verdad de conocer
sin entenderla.
Mil veces he dejado de morir
y mil he muerto
por esa luz que alumbra en el candil
del Universo...
¡cuánta belleza
pasando cada noche sobre mí
y yo sin verla!
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